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Writer's pictureJorge Mendoza

Tatuaje, dibujo e ilustración, pasando el rato con La Vieja Amargada…

Verónica Duque Quintero es una artista plástica de la ciudad de Manizales. Dibujante desde que tiene memoria, madre de dos gatos hermosos, así lo señala ella, y felizmente casada. A parte del tatuaje suele escribir, leer y pintar. También dedica parte de su tiempo a estudiar el tarot y otras artes ocultas. Es aficionada a los videojuegos y a leer novelas gráficas.

En su faceta de tatuadora resalta los dos años que pasó como aprendiz y los siete que lleva como profesional del tatuaje. Verónica fue destacada en 2020 por el portal Bacanika como una de las mujeres creativas de Colombia. Específicamente en su entrega sobre 6 tatuadoras colombianas[1].


Jorge Mendoza. ¿Cómo se interesa por el arte, el dibujo, la ilustración, y finalmente el tatuaje?

Verónica Duque. Creo honestamente que el dibujo nació conmigo, siempre lo he percibido como mi manera de comunicación más efectiva. Mis padres cuentan que era una de mis habilidades más sobresalientes cuando pequeña sobre todo por la cantidad absurda de tiempo que le dedicaba. Haciendo un poco de retrospectiva siempre he tenido muy presente la importancia de una imagen y me ha resultado mucho más efectivo expresar lo que siento graficándolo que mediante cualquier otro medio, es mucho más honesto.


JM. ¿Por qué el tatuaje?

VD. De hecho el tatuaje no fue una decisión propia al principio (risas). Mi mamá fue quien me incitó a empezar a tatuar diciendo que parecía un buen trabajo y que lo intentara. Yo le hice caso omiso por un par de años. Aunque me gustaban los tatuajes y tenerlos en mi cuerpo no me imaginaba tatuando, hasta que tuve la oportunidad de ver el gremio desde otra perspectiva y comencé a interesarme mucho más, así que decidí comenzar como aprendiz.


JM. Fueron dos años como aprendiz de tatuaje ¿Quién fue su maestro?

VD. Pasé unos 8 meses de aprendiz en una tienda llamada Supernatural Skill en Kaohsiung Taiwan, fue allí donde me enamoré del tatuaje, siendo aprendiz de uno de mis mejores amigos, quién no sólo tatúa sino que hace grafitti- lo encuentran como Skee Lu[2] en redes[3]- y al regresar a Colombia entré como aprendiz en un estudio llamado “La Tatuajería”. Allí de la mano y la paciencia de Anderson Torres, pulí mucho más mis habilidades y conocí cómo se movía toda la industria acá en el país.

JM. ¿Cuál es el proceso del aprendiz?

VD. Depende mucho del estudio en el que entres como aprendiz y del contexto en el que vivas. Aquí en Colombia hay mucha gente que lo hace de manera empírica o que tienen sus equipos y aprenden a la vez que empiezan a tatuar personas. Sin embargo yo pasé por una escuela un poco más estricta en Asia donde un aprendiz es prácticamente el asistente de la tienda y debe estar a disposición de las necesidades del maestro ya que es una especie de “pago” por el conocimiento.


Como siempre estuve en la mayor disposición de ayudar a mi maestro disfruté de muy gratas experiencias. Cuando tuve que limpiar la tienda, u otros espacios, lo hice con todo el entusiasmo porque entendí que era parte del proceso. También te ayuda muchísimo a lidiar con tu ego o a la hora de manejar personal si es que en algún momento decides ser la cabeza de tu propio estudio.


JM. ¿En qué momento se está listo para ser tatuador profesional? ¿Cómo lo define el maestro?

VD. Hay una regla de dos a cuatro años en el aprendizaje oriental y en este periodo de tiempo no se te permite nada más que no sea dibujar, luego te evalúan y basados en eso te “gradúan” por decirlo así. En mi caso y en el caso de muchos occidentales, creo que sólo lo sientes después de un tiempo de experimentación. Llegas a un punto en el que ves que tu técnica está súper bien y en ese momento eres un tatuador, de allí en adelante empieza un camino un poco más tortuoso que es el de encontrar tu propio estilo y hacerte un nombre en el gremio.


JM. ¿Cómo han sido estos siete años como tatuadora profesional?

VD. ¡Uff! ha sido toda una montaña rusa de alegrías y decepciones, pero sobre todo, de conocer mucho acerca de mi potencial y auto exigencia. Lo que empezó como una “etapa pasajera” de ver cómo me iba, terminó siendo muchísimas cosas, viajes a estudios dentro y fuera del país, participación en convenciones, muchas pero muchas depresiones (risas), encontrar a mis mejores amigos, conocer seres humanos maravillosos, aprender a darlo todo para mis clientes, aprender muchas cosas desde cero. Con la pandemia mi vida como tatuadora se vio suspendida y esto me llevó a darme cuenta que llevaba trabajando 6 años sin parar, así que ando aprendiendo la importancia de descansar.


JM: ¿Has tenido aprendices o has pensado en tenerlos? ¿Cómo es la experiencia de ser maestra?

VD. Si he tenido un par pero a medias. Para mi es medio extraño tener estudiantes y más cuando muchos de los que “adopté” dejaron su proceso empezado, quizá pensaron que era mucho más fácil, igual, cada proceso es diferente. Hace poco orienté un taller online para principiantes desde el handpoke y la experiencia fue maravillosa, tuve veinte estudiantes de los cuales al menos la mitad le han metido todo el ánimo y he podido ver sus progresos en el gremio, mantengo comunicación con ellos para asesorarlos con equipos, dudas sobre la técnica y demás. Basada en toda esta experiencia concluí que tener aprendices es como tener hijos, de cierta manera, siempre van a ser tu responsabilidad, siempre te vas a preocupar y verlos crecer te traerá alegrías.


JM. En Bacanika hablas de tu “estilo ilustrativo”, que tiene relación estrecha con la ilustración, podrías explicarnos de qué se trata…

VD. Siento que el término ilustrativo va más desde el punto en el que yo no aprendí a dibujar por el tatuaje, sino que el tatuaje ha sido una herramienta para dibujar en otro medio.

Aunque he tomado referencias de estilos de tatuaje, sobre todo en cuanto a la técnica, todas las ideas que me llegan para tatuajes son reinterpretadas basada en mi estilo de ilustración.

JM. ¿Cuáles son tus influencias artísticas, tanto en el tatuaje como en la ilustración?

VD. Hay muchísimas, pero debo mencionar las más importantes. Mi primer acercamiento al dibujo fue gracias al manga y en los mangakas siempre sigo encontrando mucha inspiración, así tipo “no sé qué dibujar… voy a leer a Q Hayashida o a Eichiro Oda”y siempre encuentro respuestas.


Cuando comencé a pintar me acerqué mucho a la obra de Michael Hussar, Naoto Hattori y Mark Ryden quienes siguen siendo un aporte enorme a la hora de crear y en cuanto al tatuaje siempre me ha fascinado el trabajo de Kelly Dotty y Teresa Sharpe, pero cuando comencé a estudiar técnica no entendía muy bien cómo lo hacían ellas y quise tomar como un referente más cercano el increíble trabajo de Javier Franko, con quién nos hicimos muy amigos y conté con la fortuna de aprender muchas cosas de él directamente.



JM. ¿Prácticas otras expresiones artísticas?

VD. Dibujo y pintura, que son las que están directamente ligadas al tatuaje y con las que me siento más cómoda. De pequeña quise aprender un instrumento musical pero definitivamente no se me da.


JM. Háblanos de las experiencias como tatuadora en el extranjero

VD. Si, varias, en su mayoría bajo la modalidad de “artista invitada” he podido estar en varios estudios en otros países y es súper cómodo, ya que el sitio te abre un espacio, te organiza cierta agenda con personas interesadas en la ciudad, pero a parte de la dinámica de trabajo, conoces muchos otros artistas de otras partes del mundo, al igual que clientes con quienes aún conservo comunicación. Toda esta dinámica en la que estaba de viajar constantemente y visitar otros sitios se vio cortada justo por la pandemia, así que supongo y la retomaré tan pronto todo mejore.


JM. ¿Cómo funciona lo del artista invitado? ¿Lo has hecho en otros estudios?

VD. En muchos, tanto en Colombia como por fuera. Siento que es la manera más sana de tatuar sin comprometer todo tu tiempo, de hecho es como un trabajo a medio tiempo en el que alquilas el espacio únicamente cuando tienes citas. Y bueno, en este momento con toda la situación a nivel mundial, es súper conveniente hacerlo de esta manera, a parte no me esclavizo tanto y puedo dedicar mi tiempo fuera del estudio a ilustrar.




JM. ¿Cómo es la experiencia en las convenciones de tatuaje?

VD. No me gustan mucho las convenciones, principalmente por la cantidad de gente y soy una persona que se estresa con facilidad, así que intento evitarlas al máximo luego de haber acudido a un par y experimentar el desgaste, sin embargo estuve hace un par de años en la Golden State Tattoo Expo en Pasadena California y es demasiado increíble ver a muchos de tus ídolos en el tatuaje ocupando el stand vecino, fue bastante divertido e increíble.


JM. ¿Existen en Colombia grandes eventos de tatuaje? ¿Cuál es la experiencia de participar en ellos?

VD. Sí, hay varias expos grandes de tatuaje en Bogotá, Medellín y Cali que sé que han traído personalidades enormes dentro del gremio a nivel mundial y que han gestionado espacios importantes para el aprendizaje de personas en formación.


Asistí a una en Medellín hace años, mi experiencia fue súper grata porque siempre estuve con amigos e íbamos principalmente a divertirnos. Nunca me ha gustado asistir a un evento confines competitivos, siento que le quita mucho de romántico a mi visión personal del tatuaje.


JM. ¿Qué pasa con tu propio estudio? Hay planes a futuro…

VD. De 2015 a 2020 tuve mi propio estudio en la ciudad de Manizales llamado “Karma Tattoo” y a pesar de que en su mayoría fue increíble y sé que somos recordados por un par de actividades que propusimos desde el equipo de tatuadores, creo que es una etapa que no me gustaría repetir, es demasiado agotador, consume mucho de tu tiempo y de tu paz estar a cargo de un equipo y más cuando hay momentos difíciles en los que todo el mundo quiere abandonar el barco.


Esto y las enemistades que pueden formarse a raíz de los momentos difíciles fue lo que me llevó a vender el estudio y apostarle a mi situación actual como tatuadora itinerante, a varios proyectos que tenía olvidados como la finalización de un libro y una serie de ilustraciones y sobre todo a dedicarle más tiempo a mi familia.


JM. ¿Cómo ve el “gremio” de tatuadores en Colombia? Cuál es su opinión…

VD. En lo personal, en Colombia no hay un gremio de tatuadores como tal y dudo mucho que esté cerca a consolidarse. Hay muchos pequeños grupos y varias personas se han agremiado pero a diferencia de antes, cuando lanzaba muchos comentarios opinando al respecto, preferí concentrarme en mis amigos o gente cercana que esté comenzando en esto y ayudarles desde mi experiencia en lo que más pueda.


JM. ¿Cómo es ser mujer tatuadora en Colombia?

VD. En lo personal no he tenido malas experiencias como mujer pero no desconozco que es complicado, que te vas a topar con ambientes laborales en los que te minimizan, excluyen y hasta abusan sólo por el hecho de estar en un oficio que es ocupado en su mayoría por hombres. Afortunadamente en el tatuaje lo que habla es tu trabajo y las personas que quieran apartar una cita contigo porque les gusta lo que haces y se sienten cómodas y cómodos contigo como persona.


Como dibujante aficionado me atrae mucho el arte del tatuaje, admiro la calidad de los artistas en lo que a diseño, dibujo e ilustración se refiere. Esto me ha llevado a ser consumidor de diferentes realities de tatuaje, y obviamente consulté a Verónica sobre su percepción acerca de este fenómeno.


JM. ¿Ha visto realities sobre tatuajes? ¿Cuáles y por qué?

VD. Creo que todos hemos visto al menos uno, sobre todo los tatuadores. El primero fue Miami Ink que fue bastante icónico y controversial, ya que mostraba el desempeño de un estudio de tatuajes profesional lo cual era raro para la época ya que el oficio era más bien clandestino y como no representaba una actividad económica fuerte no había mucha gente que le apostara a un estudio con todas las legalidades.


Lo vi por pura coincidencia, en esa época era adolescente y me habían empezado a gustar mucho los tatuajes, tenerlos más no hacerlos. Muchos años después de ese creo que sólo habré visto un par de temporadas de Ink Master porque llevaron a varios tatuadores que tenía como referentes, para ver cómo tatuaban y cómo hacían las cosas.


JM. ¿Cuál es su reality de tatuajes preferido? ¿Por qué?

VD. Definitivamente Ink Master, más por romanticismo, por haber sido el primero muy muy grande que comenzó a visibilizar y normalizar muchas cosas dentro del mundo del tatuaje.


JM. ¿Cree que los diferentes realities sobre tatuajes han influido en la manera en que la sociedad ve este arte? ¿Por qué?

VD. Completamente, han llevado a que la gente no vea los tatuajes y a nosotros los tatuadores con tanto tabú. En especial cuando muestran las historias que pueden existir detrás de cada tatuaje y que no sólo están relacionados con cultos o pandillas sino que se hacen también para recordar cosas personales, hacerle honor a pérdidas, entre otros. Siento que eso fue lo que llevó a mucha gente a comenzarse a tatuar muchísimo más.




JM. ¿Cuál es su percepción sobre cómo la sociedad ve hoy en día el mundo del tatuaje?

VD. Siento que la gente ahora es mucho más abierta, hay más información en los medios de comunicación, son muchas las personas que llevan tatuajes, definitivamente está mucho más normalizado.


JM. Está más aceptado el arte del tatuaje hoy en día…

VD. Claro, es muy diferente pasar de una época en la que tener un tatuaje significaba “andar en algo malo” a ver a tus cantantes favoritos, presentadores de televisión, futbolistas, incluso abogados, políticos y médicos llevando tatuajes. Es una idea muy diferente a la que tenían anteriormente al respecto y es que el llevar un tatuaje no te hace automáticamente una mala persona o un delincuente, es sólo una manera permanente de usar accesorios u ornamentación.


JM. ¿Ha sido discriminada en algún momento por llevar tatuajes o ser artista del tatuaje? ¿Podría compartir esa experiencia?

VD. Si, varias veces y hace muchos años ya. Hay una anécdota en particular de cuando vivía en Asia, allí los tatuajes son muy mal vistos por las personas de ciertas edades ya que estos pertenecían a las mafias y a la prostitución, claramente yo estaba recién llegada y no tenía conocimiento de ello. Me invitaron a visitar un templo y en un punto debido al calor, tuve que quitarme una camisa que tenía y quedé en camisilla dejando visibles un par de tatuajes que tengo en los brazos, de repente sentí un golpe en la espalda y cuando giré a ver, una señora me estaba golpeando con su bastón mientras me decía cosas que no entendía. Mi jefe en ese entonces intervino y luego que explicó que la señora estaba muy molesta porque en esa zona había hace años una pandilla que tenía azotados a los comerciantes informales y que casualmente llevaban un tatuaje muy similar a uno de los míos.



JM. Hablemos de tu kit de tatuaje ¿Qué tipo de elementos prefieres y por qué?

VD. Yo personalmente no tengo problema a tatuar con lo que sea, sin embargo y gracias a una lesión en la mano por el peso de las máquinas, tuve que cambiarme a un sistema rotativo que es mucho más liviana y luego de experimentar con varias, decidí quedarme con una Cheyenne Thunder.


A parte de eso, diseñé una paleta de colores que siempre uso que serán como unos doce por mucho de la marca Eternal que son los que mejor me han funcionado, uso cartuchos para tatuar de varias marcas (no tengo una favorita), reviso que mis cups y la mayoría de mis desechables sean biodegradables y que todo lo que voy a poner en la piel de mi cliente sea vegano e hipoalergénico. Uso guantes de vinilo o nitrilo porque soy alérgica al látex (risas) y hace un par de años cambié mi libreta de dibujos por un iPad Pro, que me permite hacer cambios en diseños mucho más fácil.


Como figura pública Verónica maneja varias cuentas en diferentes redes sociales, hay entre ellas un personaje o denominación muy particular y es “La Vieja Amargada”, obviamente debía preguntar por ella…


JM. ¿Por qué La Vieja Amargada y qué significa en tu vida?

VD. Siento que este apodo tiene que ver muy poco con mi vida como tatuadora y corresponde más a mi persona en redes, dos cosas que intento mantener muy separadas, y esto se dio porque hace mucho tiempo tenía un canal en Youtube en el que me quejaba de todo y varias personas me empezaron a decir que si seguía así de amargada me iba a envejecer muy rápido, así que pues… técnicamente incorporé esa vieja amargada a mi y no es nada más que una situación bastante divertida para normalizar un comentario que se hizo con la intención de ofender.




Verónica no es solo una mujer talentosa sino que tiene muchas, variadas y divertidas facetas. Conversar con ella, o simplemente escucharla, puede resultar muy entretenido e inclusive terapéutico en algunos casos. Lo que sí está garantizado es que no se aburrirán.


El hogar de La Vieja Amargada (figura pública) en Instagram es eriithed. Allí podrán conversar sobre temas variados entre los que se encuentran las artes ocultas, el tarot, experiencias personales o abordar temas de todo tipo.


Si lo que desean es tener una cita con la tatuadora e ilustradora deben ir a eriitattoo (artista), allí encontraran muestras de su trabajo y pueden apartar su turno para tatuarse si así lo desean.


En Twitter pueden encontrar a La Vieja Amargada como @EriitheD. También pueden visitar www.buymecoffee.com/eriithed o @theklegil en Instagram, porque con Verónica la variedad es un estilo de vida.


*Este texto fue publicado originalmente en la revista El Rollo versión digital y en su edición impresa número 26, octubre 2021.



Jorge Mendoza

Editor general revista El Rollo

“Ramonero de corazón y no se mucho de nada pero me gusta aprender”.


Fotografías archivo Verónica Duque.


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