La ruta gastronómica colombiana obliga a una sobredosis de bandeja paisa, ajiaco, lechona, arepas, tamales, entre otras delicias. Pero es bueno diversificar la oferta, o al menos darle un respiro al estómago. En Colombia existe una consolidada comunidad otaku, y eso, acompañado del auge que la comida japonesa ha logrado en los últimos años permite que existan diferentes lugares donde consumirla, así que el ramen es una buena opción como variedad culinaria por estos días.
El ramen es esa sopa de fideos que tanto gusta a Naruto Uzumaki, el ninja de vestimenta color naranja y cabello rubio, protagonista del manga y anime que llevan su nombre. El shoyu ramen es un plato con muchas variaciones en su preparación, cada región japonesa tiene su propia versión. Es una adaptación de la receta de sopa de fideos china. La receta original se componía de fideos cortados y huesos de cerdo salados, la adaptación se da cuando los japoneses expanden fronteras hacia China y después de la Guerra del Pacífico tienen la necesidad de reconstruir su país sacando el mayor provecho de la mano de obra con la necesidad de ofrecer un alimento barato, rápido y que no implicara dejar los lugares de trabajo.
Esta comida de emergencia fue evolucionando hasta convertirse en un símbolo de identidad culinaria. Se dice que lo que diferencia la versión japonesa de la original es el caldo, para los conocedores, la parte más importante de este plato, y varía de acuerdo al toque especial que cada chef le impone. Los ingredientes básicos del ramen son: el tare (salsa a base de soya); el caldo que puede ser a base de carne, pollo, pescado o vegetales, picante o dulce; obviamente fideos de harina de trigo, se le añade también carne de cerdo, carne picada, langostinos, cangrejo, moluscos, algas, setas, bambú, huevo cocido o crudo, cebolleta, entre otros ingredientes según el estilo y gusto de quien lo prepara.
Pero si desea saber más de este plato, antes de emprender esta aventura culinaria debe deleitarse con Tampopo, a ramen western (1985), una película cuya historia central gira alrededor de este delicioso plato.
Dos camioneros, Goro (Tsutomu Yamazaki) y Gun (un jovencísimo Ken Watanabe), encuentran en su travesía un modesto local de ramen, donde una viuda joven, Tampopo (Nobuko Miyamoto), intenta mantener a flote el negocio de su fallecido esposo a pesar de su incapacidad para preparar un plato decente de este alimento. La película es un western moderno, para su época. Cuenta con todos los elementos del género donde dos “pistoleros”, en este caso camioneros, ayudan a la viuda joven con su problema y en el trasegar de su misión se unen nuevos compañeros que los asisten en su tarea, para finalmente partir al “atardecer” por rumbos desconocidos. Pero la jornada que deben cumplir Goro, Gun, Tampopo y sus compañeros es sólo la historia central de la cinta, en ella encontramos además, una serie de microhistorias que incluyen platos internacionales, así como otras delicias orientales, pero todas ellas muestran la forma en la que los japoneses se relacionan con la comida, desde el lado machista hasta el componente erótico de la misma.
Juzo Itami, director de la película, entrega una obra llena de sátira y crítica, pero también del misticismo de la cultura japonesa. Incluso se da la licencia de romper la cuarta pared con la escena inicial protagonizada por un jefe mafioso (Koji Yakusho), que hace gala de su poder en una sala de cine e interactúa, de manera no muy cortés, con la gente a su alrededor y la audiencia; acompañado como corresponde por su hermosa amante (Fukumi Kuroda).
Este plato se ha popularizado tanto que es infaltable la competencia de comer ramen picante en los encuentros de la comunidad geek, o los ramen day´s de algunos lugares de comida japonesa, actividad que en ocasiones es acompañada de videojuegos, concursos, música entre otras cosas. Así que una aventura ramen sí es posible en las diferentes ciudades de Colombia.
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